El equipo esta formado por: Fernando Natalucci (40 años, DC Shoes), su hermano Nicolás (34, Quiksilver), Cristobal Tobal (17, Quiksilver) y Lila Sanz (27, Roxy). La aventura los espera lejos de un centro de ski y sus comodidades. Por sus propios medios ellos subirán a las montañas que prácticamente nadie frecuenta, menos para bajar deslizándose a toda velocidad.
El día arranca cuando se suben a los vehículos y empiezan el scouting de los posibles spots para deslizarse en la nieve que acaba de caer. Los hermanos Natalucci, por su experiencia y por llevar una vida de montaña, lideran la aventura. Desde adolescentes hicieron doble temporada, el invierno austral los pasaban en las montañas argentinas y el boreal, en las europeas, como ahora hace Tobal, el mas joven de la banda. Llevan 10 años dedicándose a la aventura, al llamado freeride (andar libre por la montaña), sobre todo en aquellos lugares pocas veces frecuentados por el snowboarder amateur.
El disfrute de estar en lugares donde las personas normales no se atreverían ni a llegar caminando es parte esencial de esta aventura. Llegar a lugares casi inexplorados genera una motivación especial. Es andar donde nadie anda, vivir esa sensación única que es surfear nieve en polvo virgen y enfrentar los obstáculos propios de la naturaleza o, incluso, algunos que el hombre inventa y ellos desafían. Todo lejos de los centros de nieve y sin medios de elevación.
Ellos, ya sea con raquetas, splits o directamente sin nada, suben la montaña. Primero es el esfuerzo de horas para luego disfrutar de minutos o segundos de bajada. En estos días eligieron varios spots vírgenes, pero se dedicaron especialmente al Cerro El Colorado, en Moquehue.
“Conocer lugares nuevos es siempre hermoso, pero siempre están las dudas de si el lugar elegido reunirá las condiciones buscadas. Si bien yo fui antes a explotar el terreno, la realidad a veces es otra… Por suerte se dieron las condiciones: el lugar nos recibió con una gran nevada y luego tuvimos días de sol, nada fácil en pleno invierno. Yo tuve la suerte de conocer muchos lugares increíbles por el mundo pero éste, no sé si por la magia de los bosques milenarios y porque no hay mucha gente que los frecuente, la hizo una experiencia muy especial”, analizó Fer Natalucci, el más veterano y el capitán de la expedición.
Por otro lado, su hermano menor brindó sus sensaciones. “Lo que me llevo de este viaje, pese a mi experiencia, es la ratificación de lo complicado que es ir a lugares que no conocés ni tenés tanta información, lo contratiempos que surgen y toda la paciencia y espíritu que necesitas”, contó Nico, muy feliz por esta nueva aventura.
Lila, la única mujer del team, dio su versión sobre la experiencia: “Me gustó el sentimiento de equipo y comunidad que tuvimos, el salir a la aventura, en búsqueda de algo nuevo, el volver a sentir la naturaleza virgen y el conectar con el presente, la esencia del snowboarding”, explicó la nacida y criada en Bariloche que empezó a los 10 con el snowboard y hoy es instructora, practica yoga, trekking y surf.
Tobal resultó ser uno de los que más se enriqueció con la experiencia. Nacido en Lake Tahoe (Estados Unidos), es parte de la selección argentina desde los 16. Lo suyo son los saltos y piruetas en los parques (compite en Slopestyle (circuitos de rails) y Big Air (saltos en rampa), vive compitiendo, pero lo que vivió en este trip fue justamente lo opuesto. “Es otro tipo de concentración, desgaste físico y se necesita otra paciencia. Acá tenés que caminar mucho y yo, habitualmente, lo hago poco. Voy en una silla al parque y lo mío es más mental. Y acá lo bueno es que no estuvo la presión de los resultados. Fue como tomarme un recreo de la competencia”, aclaró más joven del equipo.